La leche. Por tener un alto contenido de aminoácidos, proporciona efectos ligeramente calmantes, que ayudan a dormir mejor. Si la toma antes de acostarse, tome leche descremada, para que las grasas no alteren su proceso digestivo.
Ensaladas de hojas verdes. Empiece a incluirlas en el menú de la cena. Por su contenido de magnesio, favorecen el sueño en muchas personas.
Bebidas con bajo contenido alcohólico. Una copa de vino con la cena, o una copita de licor cremoso ayuda al mejor balance orgánico del azúcar, permitiéndole dormir mejor.
El jugo de uvas. Tomado en pequeña cantidad (no más de 1/2 ó 3/4 de taza), ligeramente endulzado, unos minutos antes de irse a dormir, podrá ayudarle a vencer el insomnio. Sin embargo, podría no ser lo más recomendable para esas personas que sufren de gases.
Las frutas. Gracias a sus contenidos de azúcares naturales, aplacan la sensación de hambre, que es lo que no deja dormir a algunas personas, sobre todo si están siguiendo alguna dieta rígida. Las manzanas, las peras, las naranjas, las toronjas y el plátano (banano) figuran entre las más recomendadas por algunos doctores.