La selección Albiceleste cayó de forma sorpresiva ante la “débil” Arabia Saudita en primer partido del Mundial del Grupo C
Argentina fue derrotada por su similar de Arabia Saudita 1-2 en el primer partido de ambas selecciones en Qatar. Una debacle que dejó atónito al mundo futbolístico, escéptico siquiera de que los árabes pudieran hacerles un gol y esperanzados a una goleada para abrir la última Copa Mundial de Lionel Messi. Fue la “pulga” precisamente el autor del único tanto argentino, de penal, a los 9 minutos el del PSG abrió el marcador y daba el banderazo de salida para lo que se esperaba fuese una feria de goles pamperos.
El VAR evitó la goleada
El VAR una vez más fue protagonista, ya que intervino en tres ocasiones para anular goles argentinos en offside, una jugada más apretada que la otra. A Messi y a Lautaro Martínez los privaron de marcar un doblete cada uno, ambos marcaron, pero en fuera de lugar, uno de ellos milimétrico y quizás rigorista, pero con la nueva tecnología del chip en la pelota y los vectores en el campo es imposible que se escape una jugada de posición adelantada.
Argentina se fue cómodamente al descanso, con ventaja -mínima- pero ventaja al fin y sin sufrir sobresaltos en los 45 minutos iniciales.
La ola árabe
El segundo tiempo fue una ola que revolcó a una Argentina en ralentí, dubitativa y con los fantasmas de otros mundiales presentes. La revolcada los llevó a recordar otras derrotas, otros oscuros momentos, otros mundiales. De esa ola salvaje de dos goles en cinco minutos la selección campeona de América no pudo reaccionar, quedó mareada y confundida al sentir el rigor de la marejada arábica. Argentina que es un experimentado navegante no pudo hacer frente a esa ola que llega con la rareza de un cometa, fue sorprendida y arrastrada por una ola de mar, pero dos veces seguidas no te revuelca la misma ola.
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