El mejor jugador extranjero de la historia de los Lakers habla de la retirada de su camiseta y de su complicidad con Kobe Bryant
Los Angeles. 7 de marzo. Mucho antes de que los Lakers dictaran sentencia Kobe Bryant ya había zanjado el debate con la contundencia que la caracterizaba. “Cuando (Pau Gasol) se retire, tendrá su número en el techo junto al mío”, le dijo a Antonio Martín, el entonces corresponsal de la agencia EFE en Los Angeles en el almuerzo de los nominados a los Oscar de 2018. “La realidad es que esos campeonatos no los hubiera ganado sin Pau (Gasol). La ciudad de Los Angeles no tendría esos dos campeonatos sin Pau. Todo el mundo lo sabe. Realmente espero con ansia el día en que esté allí dando su discurso en el centro de la cancha frente a todos los aficionados”. Cinco años después de aquella categórica presunción le ha llegado la hora al gigante de Sant Boi de Llobregat, al que es, sin duda, el mejor jugador de la historia del baloncesto español.
El pasado 7 de marzo el catalán volvió a ser el protagonista indiscutible en la que fue su casa durante seis temporadas y media. Su camiseta, la número 16, ascendió en el descanso del encuentro entre los Lakers y los Grizzlies —el equipo en el que debutó y se hizo figura en la NBA— hasta los cielos del Crypto.com, donde ya descansan, entre otros, las de Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, James Worthy, Wilt Chamberlain, Shaquille O’Neal y las dos de su amigo inseparable, su “hermano” Kobe. Será difícil que no se le escapen las lágrimas.
Horas antes del evento confesaba que no estaba pudiendo controlar muy bien los nervios. “Al final es una sensación rara, causada por la inmensidad de este momento que a mí me transmite”, decía en una entrevista con El Clasificado. El campeón del mundo en 2006 y tres veces campeón de Europa dice sentirse “tremendamente afortunado y feliz de compartirlo con toda la gente que me ha acompañado en este viaje”.
¿Cuál cree que fue la clave de que encajara tan bien y tan rápido en los Lakers?
Hubo una serie de circunstancias que hicieron que mi encaje fuera perfecto, como si llevara jugando con ellos muchos tiempo. Igual era el tipo de jugador que les faltaba en ese momento, dentro del triángulo de Phil (Jackson). Eso además de las ganas que tenía ese equipo de ganar, especialmente Kobe. No creo que hubiese alguien con más hambre de ganar que él tras los años en que no se pudo llevar el anillo, así que cuando se me dio la oportunidad la abracé con todo. Y el impacto fue inmediato.
¿Hasta qué punto tuvo Bryant influencia en la retirada de su camiseta?
La declaración que hizo fue muy importante e impactante, incluso para que este evento sucediera ahora. No sé si hubiera sucedido de otra manera si no hubiera hablado. De lo que no hay duda es que el papel de Kobe en mi vida y en mi carrera ha sido determinante.
No lo sé. Solo te puedo decir que estoy feliz y que soy un privilegiado de pertenecer a ese grupo. Va a ser un momento muy surrealista de vivir.
De todos los públicos con los que ha lidiado, ¿era el de los Lakers el más difícil de conquistar?
Siempre he intentado ser fiel a mí mismo, ante todo ser una persona con valores, respetuoso, un jugador que la gente aprecie, no solo por lo que hace sino por cómo lo hace. Siempre me he tomado el tiempo con los aficionados, para escucharles, tomarme fotos, involucrarme con la comunidad, sobre todo con los niños, visitar hospitales. Al final ser amable, afable, humilde es lo importante, y eso hace que la gente te aprecie, sin importar cuántos puntos metas.
¿Hay algo más grande que los Lakers en baloncesto?
No lo sé, pero a mí no se me ocurre ningún equipo más grande. He tenido el privilegio de poder formar parte de este equipo espectacular, de ser parte de durante seis temporadas y media. Es una franquicia para mí única e irrepetible.
Unos números incontestables
Ahí quedan sus 429 partidos con una media de 17,7 puntos, 9,9 rebotes y 3,5 asistencias por partido, el mejor complemento de un Bryant que se había quedado huérfano de opciones al título tras el traspaso de Shaquille O’Neal en 2007. El día en que se anunció su traspaso, el 1 de febrero de 2008, medio Los Angeles se volvió a ilusionar. La emoción era palpable. “Gasol is a Laker!”, texteó el jefe de deportes del principal diario de la ciudad, Los Angeles Times. Poco tardó en hacer efecto un canje que les costó tres jugadores a los californianos y los derechos del draft de su hermano, Marc Gasol.
Los Lakers se metieron en la final ese año frente a los Celtics de Boston, pero cayeron con estrépito en el sexto partido. No tardarían en reponerse del golpe. Las dos temporadas siguientes llegaron los dos anillos con los que cuenta Gasol, un hito por el que la franquicia ha decidido retirar su camiseta, por delante de otros jugadores con más títulos, como Derek Fisher, Byron Scott o Michael Cooper.
Primer jugador extranjero de los Lakers con la camiseta retirada
Es el primer jugador extranjero en lograrlo con los Lakers y, por supuesto, el primer español. No así el primer europeo en la NBA. Antes de él recibieron ese honor el fallecido Drazen Petrovic (con los Nets), Vlade Divac y Peja Stojakovic con los Sacramento Kings, Zydrunas Ilgauskas con los Cavaliers de Cleveland, Dirk Nowitzki com los Dallas Mavericks, y el francés Tony Parker con los San Antonio Spurs.
Por delante, el trabajo de su fundación, quizá más importante que lo logrado hasta ahora en la cancha: hacer jugar a los niños para promover hábitos saludables y prevenir la epidemia de obesidad infantil en el mundo. Fundada en 2013 en Estados Unidos, la organización trabaja con 80.000 menores y adultos al año. La obra y el legado de un mito del baloncesto mundial continúan.