Intestino irritable o problemas con el gluten

Descubra las diferencias de dos problemas digestivos que muchas veces se diagnostican indistintamente

Cuando aparecen dolores gastrointestinales de forma recurrente, muchas veces el malestar puede ser diagnosticado como síndrome de intestino irritable (SII), una enfermedad crónica, aunque benigna. Pero recientemente se ha descubierto que no todos diagnósticos han sido correctos y que hay ocasiones en que se trata simplemente de sensibilidad al gluten (SG).

El gluten es una sustancia que se encuentra en los granos de algunos cereales como el trigo y la avena. Los síntomas de la SG son prácticamente idénticos a los que presentan los pacientes con SII. Por eso, hacer un diagnóstico diferencial entre ambas patologías puede ser la solución para quienes están siendo tratados de manera errada. La sensibilidad al gluten muestra una evidente mejoría ante una dieta libre de este componente.

Acerca de este tema, la doctora María Vázquez Roque, gastroenteróloga de la Clínica Mayo responde algunas interrogantes.

¿Cuáles son los criterios que se aplican para diagnosticar el SII?

Para ser diagnosticado con SII, el paciente deber presentar dolor o molestias abdominales recurrentes, al menos 3 días por mes, en los últimos 3 meses. Estos síntomas van asociados con una mejoría producida con la defecación. El comienzo del problema se evidencia por un cambio en la frecuencia y apariencia de las heces. A su vez, los hábitos intestinales fluctúan entre diarrea y estreñimiento.

¿Qué relación se puede establecer entre el síndrome de intestino irritable y la sensibilidad al gluten?

Lo que ocurre es que los síntomas de ambas enfermedades son similares en sus características clínicas, frecuencia e intensidad. Esto lleva a que un buen porcentaje de afectados por SG reciban un diagnóstico de síndrome de intestino irritable. Al continuar con una dieta que contiene gluten, el problema nunca se soluciona.

¿Cómo se trata el síndrome de intestino irritable?

Depende de la severidad de los síntomas. En los casos leves, se recomienda modificación de la dieta y del estilo de vida. Si el trastorno se clasifica como moderado es conveniente agregar a lo anterior una terapia sicológica. Pero, si las molestias son severas, se puede añadir medicamentos antidepresivos y referir al paciente a una clínica del manejo del dolor. EC

Para más información visite MayoClinic.org/espanol

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