Cuándo se pueden usar los antibióticos y cuándo no

Es importante saber que los antibióticos salvan vidas, pero que solo se deben usar cuando son necesarios; de lo contrario pueden ser perjudiciales 

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) animan a la gente a que tenga cuidado con el uso de los antibióticos. Es importante saber que los antibióticos salvan vidas, pero que solo se deben usar cuando son necesarios. Cada vez que se usan, estos pueden causar efectos secundarios y causar que las bacterias se hagan más resistentes a este tipo de medicamento.

Los antibióticos solo se necesitan para tratar las infecciones causadas por bacterias, pero incluso algunas infecciones bacterianas pueden mejorar sin tener que usarlos. Se pueden recetar para tratar una variedad de infecciones comunes, como las estreptocócicas de garganta y las urinarias, así como afecciones potencialmente mortales, como la septicemia.

Los antibióticos no funcionan contra los virus, como los que causan los resfriados, la influenza (gripe), la bronquitis o el moqueo, aunque las secreciones sean espesas o de color amarillo o verde. Tampoco se necesitan para algunas infecciones bacterianas comunes, incluidas muchas infecciones sinusales y algunas de oído.

Los efectos secundarios comunes incluyen sarpullido, mareo, náuseas, diarrea e infecciones por hongos (candidiasis). Los efectos secundarios más graves incluyen reacciones alérgicas graves e infecciones que provocan diarrea que, a su vez, puede causar daño grave en el colon y la muerte. 

Es importante recordar que «resistencia a los antibióticos» no significa que el cuerpo se haga resistente a los antibióticos; sino que son las bacterias las que desarrollan la capacidad de derrotar a los medicamentos diseñados para eliminarlas. Cuando las bacterias se vuelven resistentes, los antibióticos no pueden combatirlas, y estas se multiplican.

Lavarse las manos es una de las medidas más importantes que se pueden tomar para evitar enfermarse y propagar microbios a otras personas.

Recibir las vacunas recomendadas, según el calendario de vacunación, es la mejor medida de prevención. La mayoría de las vacunas recomendadas están disponibles en el consultorio de su médico o en centros de atención de la salud. También puede haber vacunas disponibles en ciertas farmacias en su área.

Para más información, visite www.cdc.gov/antibioticos. EC

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