Las tasas de obesidad en niños y adolescentes casi se han triplicado durante las últimas 3 décadas. Usted puede evitar esta condición en sus hijos
Durante la pandemia muchos niños y adolescentes se mantuvieron inactivos en casa, a eso súmele el mayor tiempo que pasan pegados a la televisión y los dispositivos eléctronicos, y también el consumo de bebidas y alimentos poco saludables. El resultado podría ser la obesidad infantil, una condición que los pone en riesgo de padecer una serie de afecciones médicas en el futuro.
Las tasas de obesidad casi se han triplicado entre los jóvenes durante las últimas 3 décadas. Hoy en día, aproximadamente 1 de cada 3 niños y adolescentes en los EE. UU. se considera obeso o con sobrepeso.
El exceso de peso aumenta las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes tipo 2, asma, enfermedades hepáticas y varios tipos de cáncer. Otras condiciones relacionadas con la obesidad, como la presión arterial alta y el colesterol alto en la sangre, se diagnostican cada vez más durante la niñez.
Principales causas de la obesidad
Lamentablemente, los problemas médicos no son los únicos problemas que enfrentan estos niños. Los niños y adolescentes obesos también pueden tener problemas con la discriminación social, la baja autoestima y la depresión. Es más probable que se conviertan en adultos obesos y enfrenten problemas continuos.
Las principales causas del exceso de peso en la infancia son similares a las de los adultos. La obesidad tiene un fuerte componente genético, y también al estilo de vida que impera en nuestros días, como el sedentarismo y la alimentación. Pero usted puede ayudar a contrarrestar estas influencias creando un entorno para su hijo que fomente la alimentación saludable y la actividad física. Ese esfuerzo comienza en casa.
Cómo fomentar hábitos saludables que los niños puedan practicar el resto de sus vidas:
• Evitar los alimentos ricos en calorías que son bajos en valor nutricional.
• Hacer que las frutas y verduras formen parte de cada comida.
• Consultar la etiqueta de información nutricional para comparar los alimentos.
• Disfrutar de porciones más pequeñas de comida tanto en casa como en restaurantes.
• Sustituir las bebidas azucaradas por agua o leche baja en grasa.
• Planificar y programar tiempo para que toda la familia esté físicamente activa.
• Dar a los niños juguetes que fomenten la actividad física, como pelotas, cometas y cuerdas para saltar.
• Limitar el tiempo de pantalla (televisión, computadora y dispositivos electrónicos) a no más de 2 horas por día.
• Consultar a un nutricionista o dietista registrado para obtener información sobre cómo seguir una dieta para perder peso. EC
Con información de los Institutos Nacionales de Salud
