Embajadora del café ecuatoriano en Nueva York

Diana Aguilar es la dueña de Zaruma Gold Coffee, una cafetería desde donde mueve el producto de su natal Zaruma.

“El café de Ecuador también existe”. Bien podría ser el eslogan de Diana Aguilar, la dueña de la primera cafetería en Neuva York especializada en el grano del país de la mitad del mundo. Se llama Zaruma Gold Coffee y está en Dumbo, a pocos pasos del mítico puente de Brooklyn. El suyo es un sueño hecho realidad, el de una emprendedora de Zaruma, su pueblo natal, que empezó con un videoclub a los 18 años, probó suerte con la importación de ropa a Estados Unidos y ha acabado moviendo importantes cantidades de café hacia la primera potencia mundial.

La cafetería, que también sirve comida tradicional ecuatoriana y ha logrado una gran respuesta de la comunidad latina del área triestatal, es la consecuencia lógica de un esfuerzo por tener el café ecuatoriano en el mapa y que ahora empieza a despegar. Sin nada que envidiarle al colombiano, Aguilar dice que el futuro es brillante, una oportunidad de crecer en Estados Unidos y crear riqueza en su añorada tierra natal.

“Los encantos de Ecuador los tenía que conocer el mundo”, dice en una entrevista telefónica con SSDN. 

“Veníamos luchando durante muchos años para tener un espacio y hacer la marca conocida. Fue dura la competencia por los altos costos de importanción y distribución, pero sabía que había mercado para nuestro café de la calidad y la excelencia del grano ecuatoriano”.

La pandemia les abrió las puertas. “Muchos locales se quedaron vacíos y arrancamos en el momento más difícil”, dice.

“Tener una cafetería en Nueva York era un sueño que nunca pensé que iba a ser posible, con los precios de los alquileres en esta ciudad. Pensé que, si me iba mal, me retiraba con la satisfacción de que al menos lo intenté. Ahora llevamos 14 meses y nos va muy bien. Nos llegan ecuatorianos, gente de todo el mundo y del barrio”.

La presión de la gente en las redes sociales le hizo dar el siguiente paso muy pronto. Le pedían comida y ahora sirve un brunch los sábados y los domingos que ha sido todo un éxito. “Y el café les encanta”, asegura. “Hay mucha competencia, pero la gente del área nos reconoce porque traemos el café de origen y no hacemos mezcla”.

La suya es una historia atípica. Se licenció en Química y Biología, pero nunca ejerció el oficio. Se hizo emprendedora con solo 18 años. Abrió un videoclub en Zaruma, que con el tiempo se convirtió en un bazar de diferentes productos y hasta en una tienda de juguetes. Se metió de lleno después en el negocio de la exportación de ropa hacia Estados Unidos, compartiendo siempre café ecuatoriano con sus clientes.

“A mis clientes siempre les gustaba el café, y cuando el negocio de la ropa empezó a perder fuerza, decidí que ese podía ser el camino”, dice. 

En 2007 creó Zarucoffee junto a sus hijos en Ecuador y comenzó a exportar dos sellos, El Zarumeñito y Zaruma Gold Mountain. 

Tras años como embajadora del café ecuatoriano, abrir una cafetería era la consecuencia lógica. La guinda al pastel. Ahora no descarta abrir otro, o varios, incluso en California. La comunidad de su país no para de presionarla para que lo haga.[td_block_slide prev_tdicon=»» next_tdicon=»» tdc_css=»»]

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