Dos pediatras investigaron a cuatro escuelas de California abiertas durante la pandemia para encontrar las claves para una reapertura segura
Para muchos estudiantes en California las clases presenciales se terminaron en marzo de 2020, por lo que durante todo este tiempo han tenido que adaptarse para seguir adelante con su educación, pero desde casa. La buena noticia es que a medida que se vacunan a más personas, se vislumbra el final del aprendizaje a distancia, pero las escuelas de California aún necesitarán utilizar estrategias de distanciamiento social para reabrir de manera segura.
La Dra. Erlinda “Chulie” Ulloa y el Dr. Dan Cooper, de la Universidad de California en Irvine, han estado investigando cómo los niños pueden regresar a la escuela de manera segura. Para ello, investigaron a cuatro escuelas de la ciudad de Santa Ana que habían estado abiertas durante la pandemia: una privada, dos públicas y una para necesidades especiales, esto para ver cómo se comportaban los niños.
Cooper y Ulloa hablaron sobre cómo las escuelas pueden reabrir de manera segura ahora y a medida que las vacunas se generalizan.
¿Qué hemos aprendido sobre cómo los niños contraen o transmiten COVID-19 desde los primeros días de la pandemia?
Ulloa: El Dr. Cooper y yo realizamos un estudio pequeño pero impactante dentro de nuestras escuelas en el condado de Orange, analizando cuatro escuelas con una diversidad demográfica muy diversa. Realmente no encontramos ninguna evidencia de que los niños desempeñen un papel importante en la transmisión del virus. Ciertamente, la transmisión puede ocurrir y ocurrirá siempre que tenga un grupo de personas cerca, pero lo importante es seguir los procedimientos de mitigación.
¿Cuáles son los mejores procedimientos para abrir las escuelas?
Ulloa: hay que comenzar con lo básico: usar cubrebocas y mantener la distancia siempre que sea posible; también hay que practicar una buena higiene de manos. Esas tres reglas básicas realmente funcionan para disminuir la propagación de la infección.
Cooper: Una de las cosas que encontramos es que el almuerzo es el momento más peligroso. Ahí es donde realmente deberíamos pensar en dónde sentamos a los niños, asegurándonos de que tengan su cubrebocas.
El otro punto en el que estamos perdiendo terreno durante la pandemia es la obesidad y la inactividad física. No hay ninguna razón para no tener educación física. Y no queremos que estos niños, en particular los niños de nivel socioeconómico bajo que ya están en riesgo de aumentar de peso e inactividad física, empeoren porque las consecuencias para la salud de eso también son muy graves.
¿Es necesario que todos los maestros estén vacunados antes de que podamos abrir escuelas?
Ulloa: Creo que hay formas seguras de reabrir, pero creo firmemente que se debe dar prioridad a nuestros profesores. Tengo la impresión de que se incluirán en la Fase 1B, la siguiente fase de la lista de prioridades de vacunación del estado.
¿Cómo afectó el cierre de escuelas a las familias en los distritos escolares más ricos en comparación con los de menores ingresos?
Cooper: Esta pregunta realmente llega al meollo del asunto. Solo considere los pies cuadrados. En Santa Ana, en los barrios de nivel socioeconómico más bajo, a menudo hay familias multigeneracionales bajo un mismo techo. Allí incluso cosas como la conexión a Internet no son tan buenas. La mayoría de las veces, ambos padres pueden estar trabajando y no tienen mucho tiempo para dedicar a sus hijos para asegurarse de que están siguiendo sus lecciones. Entonces, lo que hemos visto es que la tasa de niños que abandonan Internet y el aprendizaje de hogares de bajos ingresos es más alta que en un lugar como Newport Beach. Y la incapacidad de los niños de tener un lugar para jugar, porque muchas veces en esos vecindarios los padres no sienten que sea seguro para sus hijos salir. De muchas maneras, este cierre de las escuelas ha conspirado contra el bienestar y la salud de los niños de niveles socioeconómicos más bajos. EC
