Pepe Penales. Los Angeles | 22 de junio de 2012
Luego de ganar los Panamericanos, el Preolímpico y el Esperanzas de Toulon, al Tri sub 23 le queda en el camino el premio mayor: ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de londres 2012.
Se vale seguir soñando, pero en esta ocasión hay argumentos suficientes para aspirar a subir a lo más alto del podio olímpico. El profe Luis Fernando Tena ha logrado armar un buen grupo de muchachos comprometidos y con mucho talento.
Lo más que ha logrado México en estas instancias es un cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de 1968, celebrados en el país azteca. Pero esta generación ha dado buenos dividendos y puede lograr más.
Aunque en su grupo quedaron República de Corea, Gabón y Suiza, vale más no confiarse. Ya sabe, del plato a la boca… Por eso deben estar más concentrados que nunca.
Con la incorporación de Salcido, Peralta y Corona se verá un equipo más sólido en tres sectores vitales de la cancha. Cala, eso sí, la falta de interés de otros que le dijeron no al Tri. Pero hay que notar que con lo que tienen ahora les ha bastado. Duele también la salida de jugadores que no alcanzaron cupo a pesar de tener la capacidad para estar, como Liborio Sánchez, Cándido Ramírez y Alan Pulido, entre otros.
El delantero estrella del tricolor, Marco Fabián, declaró que en el equipo hay talento para pelear por el oro. Debemos creerle y hacer eco de que se debe llegar al torneo con mentalidad ganadora. No sobrados, pero sí seguros.
Hay que ponerlo como favorito, junto a Brasil y España, otros candidatos a llegar a la final, si es que no se cuela un equipo africano o se asoma un advenedizo.
Con los últimos campeones ausentes –Nigeria (Atlanta 96), Camerún (Sydney 2000) y Argentina (Atenas 2004 y Pekín 2008)– la medalla se ve más apetecible para los mexicanos, que una vez instalados en tierras europeas, sostendrán partidos de preparación contra España y Japón antes de encarar la prueba de fuego.
Sería una recompensa bien merecida para el equipo y un regalazo para un país que respira fútbol y que requiere de momentos felices para seguirle haciendo frente a la dura realidad que atraviesa a causa de la inseguridad. EC
