Borrón y cuenta nueva. Es fácil decirlo, pero todavía cala el descalabro de la Selección Mexicana en su participación mundialista del año pasado cuanto todas las esperanzas estaban puestas en el desempeño de los jugadores y la mano firme de Javier Aguirre. Pero el presente es ahora y bajo las riendas del nuevo estratega, José Manuel “Chepo” de la Torre, es hora de pasar la página y abocarse a los nuevos retos que se le vienen al Tri en este 2011.
Para estrenarse en el banquillo, el ex técnico del Toluca tendrá como rival a la selección de Bosnia-Herzegovina el 9 de febrero en la ciudad de Atlanta, un rival complicado que se encuentra disputando la eliminatoria rumbo a la Eurocopa.
Después, los aztecas buscarán retener el título de campeón de la Copa Oro que se disputa del 5 al 25 de junio próximo en territorio estadounidense. Ganar debe ser prioridad para los verdes, sobre todo teniendo en cuenta que el premio es jugar la Confederaciones en el 2013 en Brasil, la antesala al Mundial amazónico.
El 2011 pinta para ser el año de la consolidación para elementos como Gio, Vela, Guardado, Ochoa y el “Chicharito”, e irse despidiendo de los que seguro no llegan a Brasil, como Márquez, Cuauhtémoc, Pardo y “El Conejo”.
Otra prueba que el Tri debe acometer este año es la Copa América que se juega en Argentina del 1 al 24 de julio. Pero desafortunadamente, en vez de ir probando la capacidades del equipo, los federativos decidieron enviar a una selección Sub-23 que será dirigida por Luis Fernando Tena. Un arma de dos filos, porque se pueden marchar por la puerta de atrás al tener que enfrentar a los fuertes de la zona como los gauchos, los brasileños, los charrúas y los chilenos, pero por otro lado, se pueden rescatar jugadores que puedan llegar con entereza al próximo Mundial y fusionarlos con los que ya tienen experiencia en estas lides.
Así pues, el panorama presenta oportunidades para que México se deshaga del pesado lastre que le dejó su participación en Sudáfrica y pueda ver el horizonte con otros ojos.
