Los Criollos de Caguas ganaron por segunda vez consecutiva la Serie del Caribe, con una espectacular victoria sobre las Águilas Cibaeñas
Por segunda vez consecutiva México fue la sede de la Serie del Caribe. El año pasado se jugó en el estadio de los Tomateros de Culiacán, donde los Criollos de Caguas, representando a la Isla del Encanto, derrotaron 1-0 a las Águilas de Mexicali.
Este año, la sede fue el Estadio Panamericano, casa de los Charros de Jalisco, ubicado en el municipio de Zapopan. Aquí, el mismo equipo de los Criollos le pasó por encima a sus archirrivales de la República Dominica, que por su parte llevó al equipo de las Águilas Cibaeñas.
El triunfo de 9-4 de los boricuas les llegó como un bálsamo de alegría y alivio por la situación que todavía prevalece en Puerto Rico por los daños que causó el huracán María, lo que casi provoca que el equipo no pudiera participar en el torneo.
El partido final tuvo una espectacular voltereta. En la séptima entrada ganaban los dominicanos por 3 a 0 pero en sus dos últimos turnos al bate, los Criollos descargaron sus cañones anotando 8 de sus 9 carreras, incluyendo un cuadrangular de tres carreras del receptor Jonathan Morales.
El entrenador de Puerto Rico, Luis Matos, se convirtió en el segundo en la historia de la Serie del Caribe en ganar la corona en años consecutivos.
El lado opuesto de la moneda fue para los Tomateros de Culiacán, la escuadra que representó a México y que terminó en último lugar pese a contar con el apoyo de algunos peloteros que militan en las Grandes Ligas. El año pasado México jugó la final, pero en esta edición fueron un desastre que provocó las rechiflas de los aficionados que fueron a ver sus partidos.
Por cierto, México ha sido una de las pocas excepciones en recibir la sede del torneo. Le tocaba a Venezuela, pero los problemas socioeconómicos por los que atraviesa aquella nación, los organizadores decidieron que Jalisco entrara al quite. Para el año que viene se está analizando la posibilidad de llevar la serie a Colombia o Miami. EC
