El arquero del Ajaccio está en su mejor momento, pero nadie garantiza que le gane el puesto a “Chuy” Corona o “Moi” Muñoz
No deja de ser un problema. “El Piojo” Herrera se debe estar rascando la cabeza para elegir al portero titular de la Selección Mexicana; no el que juegue los partidos de preparación, sino el que salte a la cancha en el mundial brasileño.
Habrá tres porteros en la lista, José de Jesús Corona, el meta cementero; Guillermo Ochoa, el que se la rifa con un equipo destinado al descenso en Francia y Moisés Muñoz, el de todas las confianzas del técnico tricolor.
Ochoa tiene la espina clavada de haber sido condenado a la banca en Sudáfrica 2010 por una extraña predilección de Javier Aguirre por el “Conejo” Pérez, cuando el entonces arquero del América era el firme candidato para defender los tres palos del Tri.
Con su partida al Ajaccio Memo perdió en lo económico, pero ganó en experiencia internacional. El tapatío ha sido pieza clave para que el equipo de los Osos no pase vergüenzas mayúsculas. En junio de seguro cambiará de aires a un cuadro de más respeto. Memo está en su punto, pero se cierne sobre él una figura de iguales proporciones, un “Chuy” Corona inmenso en el arco de la Máquina Celeste del Cruz Azul. Otro con hambre de jugar un Mundial y no verlo desde la banca. El tercero en discordia es el meta del América Moisés Muñoz, el favorito de Herrera y quien lo llevó al equipo de las Aguilas.
El partido de la semana pasada ante Nigeria fue un examen complicado para el Tri. Si Herrera quería ver cómo andaba Ochoa, tuvo que darse cuenta que éste fue su mejor elemento atajando misiles y fuego cruzado de los potentes delanteros africanos.
Hay una solución. Es descabellada pero podría funcionar. ¿Qué tal si los alterna a los tres en la primera fase del Mundial? ¿Por qué tiene que aferrarse a una sola posibilidad? Los tres son seguridad y destreza bajo el arco. Los tres saborearían el dulce sabor de jugar una Copa del Mundo. Es una hipótesis, pero… EC
