Los Lakers quieren el tricampeonato, ¿podrán?

El cuadro dirigido por Phil Jackson se metió de nueva cuenta a la postemporada de la NBA con la vista puesta en el tercer campeonato en forma consecutiva. Pero los rivales de conferencia, así como los de la Costa Este se armaron hasta los dientes para frenar las aspiraciones de los angelinos.

Como en temporadas anteriores, los laguneros son favoritos para llegar a la final. Después de todo, tienen al mejor entrenador en la historia de este deporte y a Kobe Bryant, sin duda al mejor jugador de la liga y quien responde en momentos decisivos para regresar la calma después de la tempestad.

Pero lo visto hasta el momento en su primera serie de postemporada es preocupante. Primero fueron derrotados en casa por los Hornets, que aprovecharon el descontrol de Bryant, Gasol y compañía para hacerse de un triunfo que no estaba contemplado en el papel.

Después los angelinos nivelaron la serie, pero sin que sus dos máximas figuras despertaran de su letargo al conseguir ambos una raquítica cosecha de puntos. Lo bueno para ellos es que aparecieron Lamar Odom y Andrew Bynum para echarse el equipo al hombro y ganar el partido (al cierre de esta edición la serie se trasladó a casa de los avispones).

Pocos apostarían en contra de los Lakers. No todavía. Es cuestión de que todos jueguen parejo y a un alto nivel para que las cosas vuelvan a su lugar.

El ajuste de tuercas es urgente, ya que de pasar este primer escollo los cruces que se vienen son complicados. Allí los estarían esperando los Mavericks de Dallas –que hasta el momento dominaban su serie ante Portland–, y luego podría ser San Antonio u Oklahoma, que por su parte son los favoritos para ganar sus llaves.

Aventurándonos más allá, los equipos del Este vienen con paso arrollador. Miami, Chicago y Boston también tiene en la mira el título y los tres tienen las armas necesarias para lograrlo.

Los Lakers, por su parte, cargan con la exigencia de seguir obteniendo títulos. No sería una tragedia que no lo consiguieran, pero sus aficionados quieren más. A ver si les alcanza el oxígeno para llegar a la cima. EC