Para que su auto luzca impecable

Dejar que el auto se ensucie: El error más usual es no lavar el auto con cierta regularidad. Cuando el auto está sucio, cualquier cosa que haga contacto con él dejará huella y es más probable que raye o dañe la pintura. Lávelo por lo menos una vez cada dos semanas. Primero, enjuague bien el auto para eliminar todo suciedad suelta y después, con una esponja suave, aplique el jabón especialmente diseñado para lavado de autos. Termine el secado con un trapo de franela o una toalla de microfibra.

El encerado: Lo ideal es hacerlo una vez al mes o una vez cada seis meses, dependiendo del auto y del estado del mismo. Si ha aplicado el encerado de forma adecuada, los rayanes menores pueden pulirse sin mayor esfuerzo y desaparecer tras una nueva aplicación de cera.

Pintura descascarada y pequeños defectos: El metal sin pintura se corroe en unas semanas. Si no se ocupa de esos desperfectos, será mayor la probabilidad de que se invadan de herrumbre u oxidación. Retoque esos puntos lo antes posible. Use la preparación base adecuada junto a la pintura recomendada por el fabricante para los retoques.

No fijarse dónde se estaciona:  No se estacione debajo de árboles que suelten savia o por mucho tiempo bajo el sol. Los espacios denominados “sólo para compactos” son de gran riesgo para el auto, ya que corren peligro de ser golpeados o rayados por el auto contiguo. Dondequiera que sea, tenga en cuenta los posibles riesgos.

Cuidado con el lavado automático de autos: Los lavados automáticos no eliminan totalmente la suciedad, y muchas veces usan detergentes que con el tiempo tienden a desgastar el acabado de la pintura. Hay otros que usan cepillos y esponjas que lo único que hacen es restregar el polvo contra la superficie del auto, causando pequeños rayones en el acabado de la pintura. Mejor hágalo usted mismo.

Uso de productos para autos: Las sustancias jabonosas no formuladas para autos son un riesgo, ya que pueden ser demasiado fuertes que desgastan la pintura y quitan el brillo; o por el contrario, tan suaves que no eliminan todos los depósitos dañinos y no dejan limpio el auto después de enjuagarlo. Nunca use queroseno, trementina o alcohol para eliminar insectos pegados al auto. No use cepillos o frotadores aunque sean de cerdas suaves.

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