La exhuberancia de la naturaleza, predominante en la gran mayoría de los países latinoamericanos, quizás sea la causa de que muchos hispanos, sintamos que la decadencia del planeta, el calentamiento global y sus devastadoras consecuencias son cosas “de otro mundo”. La mala noticia es que son cosas de este mundo, el mundo en el que vivimos, el país en el que vivimos y el medio ambiente que nos rodea.
Según datos del Servicio Forestal de Estados Unidos, por ejemplo, muchos estados empezaran a sentir, en menos de una década, las consecuencias de la escasez de agua.
Sin embargo, y a pesar de las advertencias, que para muchos siguen sonando como una campanilla perenne que no lleva a la acción, la gran mayoría de habitantes del plantea continuamos siendo indiferentes a las consecuencias del calentamiento global.
El calentamiento global, es decir el aumento excesivo de temperatura en la atmosfera terrestre tiene consecuencias que nos afectan a todos. Cuando el comportamiento climático de la tierra se altera, generando huracanes, deslaves e inundaciones todos estamos en peligro.
Los árboles, los pulmones del planeta, contrarrestan los efectos del calentamiento global absorbiendo el dióxido de carbono y convirtiéndolo en oxigeno, ese raro elemento sin el cual los humanos no podemos vivir.
Por lo tanto, si no protegemos nuestros bosques y hacemos un esfuerzo por detener el calentamiento global, muy pronto empezaremos a padecer las consecuencias de vivir en un planeta donde los elementos básicos que necesitamos para vivir, como el agua, no estén a nuestro alcance.
¿Qué hacer?
Todos podemos hacer algo por proteger nuestro planeta. Ahorrando energía, reciclando, cuidando nuestros bosques y nuestras fuentes de agua estamos protegiendo el planeta. Cuando caminamos o usamos el transporte público en vez de usar nuestro auto, estamos ahorrando combustible y le hacemos un bien al planeta.
Podemos disminuir nuestro consumo de energía en casa, apagando los electrodomésticos y las luces que no estamos usando e instalando bombillas ahorradoras de energía. Esos cambios también serán beneficiosos para el bolsillo. Siempre es recomendable usar las lavadoras de platos y de ropa cuando estén llenas y seguir al pie de la letra las reglas de reciclaje de su comunidad, condado o ciudad.
Al reciclar ahorramos energía, ayudamos a conservar los recursos naturales y protegemos el medio ambiente. Cuando reciclamos estamos disminuyendo la contaminación y evitando más deforestación. En general los materiales que se pueden reciclar son los metales, el papel, el plástico, el vidrio y el caucho.
Infórmese sobre las reglas de reciclaje de su comunidad y convierta el reciclaje en una regla en su hogar, recuerde que hay hábitos pequeños y sencillos que pueden generar grandes cambios para el beneficio de todos.
Información proporcionada por Hispanic Communications Network / La Red Hispana / Luisa Fernanda Montero
Dirija sus comentarios a ivanegas@elclasificado.com