Médico salvadoreño comparte su conocimiento

Actualmente, Flores es presidente de varias organizaciones latinas, entre las que se encuentra La Clínica del Pueblo, el proveedor más grande de servicios de VIH y sida en el área metropolitana de la capital estadounidense. Allí combina sus dos pasiones para el avance de su comunidad: la medicina y la investigación científica.
 
“No se me cruzó otra carrera más que la de medicina desde muy temprana edad”, dijo Flores. “Desde los siete años, mis padres me compraban guayaberas blancas”.
 
Al igual que muchos de sus pacientes, entre los que se encuentran numerosos compatriotas, Flores es hijo de una inmigrante salvadoreña que, cuando Flores aun era pequeño, emigró a  Estados Unidos con la meta de costearle la carrera de medicina en El Salvador.
 
Debido a que procede de una familia de bajos recursos, para Flores fue un reto estudiar una carrera en la que no podía ejercer inmediatamente después. Sin embargo, sus excelentes calificaciones durante la escuela secundaria le auguraban un futuro universitario de éxito. Fue así como a los 32 años, y ya como médico reconocido en su país, emigró a Nueva York como parte de un programa de investigación en la diabetes e hipertensión; ambas enfermedades que afectan desproporcionadamente a los latinos.
 
Flores atribuye su éxito a una fórmula muy sencilla: perseverancia, consistencia y responsabilidad. Este es el mensaje que los jóvenes latinos necesitan escuchar por parte de sus padres y mentores para que ellos también puedan seguir carreras en medicina o ciencias.
 
“Hay puntos importantes que los jóvenes deben tomar en cuenta y es que la juventud se va rápido”, dijo Flores. “Lo más importante es enfocarse: si un joven escoge bien, va a tener buenas consecuencias”.
 
Sin embargo, y a diferencia de las generaciones anteriores, ya no se trata de forzarlos a seguir un camino específico; sino de hacerles entender que existen opciones y que cada una de ellas provee diferentes resultados. Según Flores, es así como ellos aprenden a tomar sus propias decisiones, “porque los padres no estamos con ellos cada momento del día a día”.
 
Por otro lado, la educación sí debe ser el elemento clave en las opciones que conllevan a los mejores resultados. “A mayor educación, mayor probabilidad de éxito”, dijo.

También mencionó otros factores que no son tan obvios para muchos, como por ejemplo el servicio comunitario o el no limitar a los hijos sólo porque los padres tienen miedo a que fallen.
 
“Los padres debemos confiar que nuestros hijos son los mejores y que lo pueden hacer, así como lo ha hecho cualquier otro inmigrante”, dijo.
 
Para muestra, un botón.

Información proporcionada por ConCiencia News

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