El equipo Santos no se anda por las ramas. Con talento de sobra en todas sus líneas, sobre todo en la ofensiva y pese a la salida del “Chucho” Benítez, los Guerreros le pasaron por encima a sus rivales en las primeras dos fechas del Apertura 2011. Primero a Pachuca en el Huracán, y luego en casa al Atlante.
Cuando a media temporada del torneo anterior ocurrió la salida intempestiva del entonces técnico Rubén Omar Romano, la directiva sorprendió dejándole el equipo a un poco experimentado Diego Cocca. El argentino se lo tomó con seriedad y aguantó el vendaval de críticas de quienes no lo creyeron capaz de poder con el paquete.
Los Guerreros no calificaron a la liguilla en la temporada pasada, pero se vio un buen repunte en los resultados. La cosa comenzó a caminar. Los engranajes dieron marcha al frente y parece que todos se comprometieron para jalar parejo.
El espíritu ofensivo se palpa cuando Santos pisa la cancha. Jugadores como el “Cepillo” Peralta, Carlos Darwin Quintero, Christian Suárez y Carlos Ochoa son desequilibrantes. El comandante de la media cancha, Daniel Ludueña, abastece de balones a la jauría sedienta de goles. Y desde el fondo su capitán, Oswaldo Sánchez y el panameño Felipe Baloy ponen orden en ese sector.
Los laguneros están pisando a fondo el acelerador, pero eso de estar en dos torneos suele pasar factura tarde o temprano. A ver si no se les acaba la gasolina antes de tiempo. En la tabla general hay otros que arrancaron lentos, pero seguros. El campeón Pumas ganó sus primeros tres partidos. Monterrey suele ir de menos a más y con el refuerzo del “Chelito” en la delantera, hay que darlos como candidatos.
Otro que parece haber enderezado la senda es el chiverío. Con cero contrataciones y echando mano de los jóvenes, Guadalajara está cosechando buenos frutos. Hasta se dio el lujo de golear a media semana al poderoso Barcelona de España en un encuentro amistoso.
Estas puede ser las piedras en el camino que se encuentre Santos para levantar la copa. Por lo pronto, los de Torreón van en quinta velocidad y a ver quién los para. EC
