Manning, la gran amenaza para los Santos de Nueva Orleans

Pese a todo, Manning ha hecho favoritos a los Indianapolis Colts con sus pases y su increíble visión de juego, obteniendo el cuarto trofeo MVP de su vida —el que le acredita como jugador más valioso de la NFL— y los de Nueva Orleans deberán evitar que su hijo pródigo imponga su ley sobre la cancha.
 
Si así lo hace, será considerado por muchos como una traición a la ciudad que lo vio nacer, la de urbe fundada por franceses donde su familia se ha pasado media vida y donde su padre triunfó como jugador de fútbol americano hace años.
 
Por eso, la figura del mariscal de campo de los Colts de Indianápolis, Peyton Manning, se ha convertido ya en el centro de atención de la cuadragésima edición del Super Bowl, tanto por el protagonismo dentro de su propio equipo como por ser el gran obstáculo que deberán superar los Saints de Nueva Orleans.
 
La llegada al Super Bowl de los dos mejores equipos que hubo durante la temporada regular la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) es lo soñado por todos los aficionados y más cuando en uno de ellos se encuentra el ganador de cuatro premios de Jugador Más Valioso (MVP) de la competición.
 
Manning, la figura dominante de la NFL, ha mostrado con su juego lo fácil que es dirigir las acciones de un equipo para que además se convierta en ganador.
 
Pero esta vez Manning no será el hijo predilecto para los seguidores de los Saints ni mucho menos para los jugadores del equipo de Nueva Orleans, algo de lo que es consciente el propio mariscal de campo. Todo eso ya lo tiene asimilado tanto Peyton como su padre Archie, que fue el primer mariscal estelar de los Saints, que reside en Nueva Orleans, lo mismo que su hermano mayor Cooper.
 
«Lo que significa Nueva Orleans para mi familia es algo que no va a cambiar con la disputa del Super Bowl, todo lo contrario estamos felices porque los Saints y la ciudad hayan conseguido el gran sueño de luchar por el título de la NFL», declaró Manning. «Durante 39 años la ciudad ha sido parte integral de nuestra familia». Manning también entiende que la mejor manera para los jugadores de los Saints de compensar a la ciudad por tanta espera de un título y momentos difíciles que han pasado sería darles el triunfo el domingo en el Super Bowl, pero como profesional su objetivo será todo lo contrario, dejarlos perdedores.
 
El mariscal de campo de los Colts está más decidido que nunca a estropearles la fiesta, sembrar la amargura en el Mardi Gras de Miami, que esperan montar los Saints con sus familias y aficionados.
 
Además, Manning llega al Super Bowl con las dudas despejadas que pesaban sobre su trayectoria profesional que no podía ganar un partido importante en la fase final, de hecho su marca es de 9-8.
 
Si logra el triunfo el domingo, no solo refrendará su condición de mejor jugador de la década, sino que se apuntará la segunda Super Bowl de su vida, una buena forma de rematar una brillante carrera a sus 33 años.

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