Menos sal en los alimentos procesados, ¿es posible?

La FDA pide la acción voluntaria de la industria alimentaria para reducir la sal en sus productos en un intento para prevenir enfermedades

No es una imposición sino una recomendación, pero al menos el intento es válido por parte de las autoridades de salud de este país para reducir el consumo de sal con miras a prevenir enfermedades y muertes prematuras.

A mediados del 2016, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) emitió una guía preliminar que proporciona objetivos prácticos y voluntarios para la reducción de sodio por parte de la industria alimentaria. La iniciativa está destinada a complementar los esfuerzos ya existentes de muchos fabricantes de alimentos, restaurantes, y operaciones de servicio de alimentos para reducir el sodio en los alimentos.

La ingesta promedio de sodio en los EE.UU. es de aproximadamente 3,400 mg al día. Los objetivos propuesto a corto plazo (dos años) y a largo plazo (10 años) voluntarios para la industria tienen la intención de ayudar a los consumidores a reducir gradualmente la ingesta de sodio a 2,300 miligramos (mg) al día.

Según los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), una de cada tres personas tiene presión arterial alta, la cual se ha relacionado con dietas con alto contenido de sodio y es uno de los principales factores de riesgo que causan enfermedades del corazón y derrames cerebrales. La mayor parte de la ingesta de sodio proviene de alimentos procesados y preparados, no del salero.

Los estudios científicos sostienen que cuando aumenta la ingesta de sodio, aumenta la presión arterial, un principal factor de riesgo de las enfermedades del corazón y derrames cerebrales, dos de las principales causas de muerte en los EE.UU.

En algunos de estos estudios, los investigadores han estimado que la reducción el consumo de sodio en un 40 por ciento en los Estados Unidos durante la próxima década podría salvar 500,000 vidas y reducir costos de atención médica casi 100 mil millones de dólares.

«Muchos estadounidenses quieren reducir el sodio en sus dietas, pero eso es difícil de hacer cuando gran parte de la sal se encuentra en productos de uso cotidiano que compran en las tiendas y restaurantes», dijo Sylvia Burwell, secretaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) «El anuncio intenta poner el poder de nuevo en manos de los consumidores, de manera que puedan controlar mejor la cantidad de sal en los alimentos que consumen y mejorar su salud». EC 

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