De la mano de Marc Webb y con Andrew Garfield como protagonista, las aventuras del Hombre Araña amenazan con arrasar en cartelera
La fiebre de los superhéroes parece no haber terminado en Hollywood, aún alimentándose de fenómenos como el «Capitán América» y el renovado «Spiderman», que de la mano de su nuevo protagonista, Andrew Garfield, llegará a las pantallas de Hollywood para una segunda parte.
“The Amazing Spiderman 2” parece la confirmación de que aún hay cuerda para rato en la era de los hombres con poderes sobrenaturales, después de varias temporadas en las que los personajes sacados de cómics han dominado la cartelera durante gran parte del año.
En este segundo intento de revivir el personaje tras la trilogía inicial dirigida por Sam Raimi, el joven Peter Parker se tiene que ver las caras con un enemigo más fiero que el anterior, Electro, un personaje malvado surgido de un ingeniero eléctrico interpretado por Jamie Foxx. El empleado de Oscorp Industries se obsesiona con Spiderman después de que éste le salva, una obsesión que desemboca en el desarrollo de poderes que le hacen querer acabar con él.
Todo ello bajo la dirección de Marc Webb. Con él, Columbia Pictures y Marvel Entertainment han encontrado un seguro de vida, un hombre capaz de estar a la altura de las circunstancias y metido de lleno en el mundo de los superhéroes. Su primer intento en 2012 funcionó con el espectador y la crítica en general, además de recaudar el suficiente dinero como para volver con una segunda historia.
Es un puesto que se abrió tras un conflicto del estudio con el anterior director, Sam Raimi, y que desembocó en el final de la relación y en la irrupción de Webb, un hombre con una corta trayectoria en el cine y una sola película de gran presupuesto en su haber, «500 Days of Summer», además de esta franquicia. Con el Hombre Araña ha logrado consagrarse en el mundo de los grandes estudios y sus muchos millones de dólares, «estresado y contento al mismo tiempo» y sabedor de que «las comparaciones con la primera película serán inevitables». EC
