“Savages”, una de narcos con Bichir al frente

Pablo Scarpellini. Los Angeles | 29 de junio de 2012

Demián Bichir saluda relajado en una sala llena de medios y se prepara para el interrogatorio junto a otro compadre, ganador de un Oscar y producto de la isla del encanto, Benicio del Toro. «Espero que las broncas que tenemos no se noten en pantalla», dice para romper el hielo a las primeras de cambio. «En realidad, es uno de los grandes actores que hay en el mundo».

Bichir, nominado a un Oscar este año por su papel de inmigrante indocumentado en «A Better Life», es uno de los ejes importantes de «Savages», una mirada cargada de violencia, sexo, relaciones complejas y tráfico de drogas entre Estados Unidos y México.

Después de muchas vueltas y de meses de negociaciones, su director, Oliver Stone, consiguió la financiación para adaptar la novela de Don Winslow a la gran pantalla y encontrar un reparto de lujo con gente como Blake Lively, Taylor Kitsch, Benicio del Toro, Salma Hayek, John Travolta y el propio Bichir.

«Savages» es una historia cruda, un relato de dos bandos, el mexicano y el estadounidense y con la droga como eje central. También hay una historia de amor, la de Ophelia (interpretada por la joven Lively) con los dos jóvenes que mueven la marihuana desde California hacia México, Chon (Kitsch) y Ben (Aaron Johnson), y la dureza de una especie de reina del sur que dibujaron entre Stone y Salma Hayek, Elena, la mujer que controla el imperio al otro lado de la frontera.

El resultado es un cinta intensa, rápida y bien dirigida con un mensaje de denuncia explícita, el de su director, que aboga por despenalizar las drogas y hacer un cambio de política en México para que cese la guerra civil instaurada desde que se declaró la batalla a los carteles de la droga.

Bichir interpreta a Alex como uno de los capos de la droga al servicio de Elena, la capataz que ordena el secuestro de Ophelia para extorsionar a los jóvenes estadounidenses. A partir de ahí, se desencadena una guerra muy violenta entre ambas partes, reflejo de la clase de torturas y matanzas que vive México desde hace una década y que se ha saldado con miles de muertos.

«El cine es un recordatorio constante de quiénes somos y de qué estamos hechos», razona el actor. Además asegura que esta cinta, como «Colosio», que se acaba de estrenar en México, señalan la importancia de conocer hechos históricos a través de la cultura. «Es importante saber, por ejemplo, cuál es la historia del PRI y del PAN y de cómo han tenido una oportunidad y no han podido hacer nada con ella, salvo hacer un revoltijo tremendo en una enorme miseria en la que estamos todos sumergidos».

Más allá de los personajes de narcos, Bichir cree que el motivo principal de estar en la cinta es la grandeza de su director. «Es una de esas historias en la que quieres ser cualquier personaje con tal de ser parte. Cuando conocí a Oliver (Stone) hablamos del personaje y me dio la posibilidad de ir en una dirección diferente a «A Better Life», y eso me gustaba. Y si Stone llama dices que sí y ya. No lo discutes».

«Sí es cierto», certifica Benicio del Toro, que vuelve a hacer el papel de rudo narco. «Esta película te hace levantarte y querer trabajar«. Y sobre el peligro de encasillarse en ese mundo de las drogas desde el aspecto profesional, responde con ironía. «He actuado como narcotraficante toda mi vida. Sé que es un mal retrato de un latino pero al mismo tiempo hay muchas cosas que explorar y eso lo hace un proyecto interesante». De eso, no hay duda alguna. EC

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