La esperanza de seguir soñando

¿Por qué continúa en debate la aprobación de una legislación que le daría a estudiantes que lo merecen, la oportunidad de regularizar su estatus legal y continuar su educación y sus sueños?

Diez años después de que la DREAM Act fuera presentada por primera vez, parece que el Congreso está más cerca que nunca de aprobarla. Durante las últimas semanas hemos visto que la ley está entre las prioridades en la agenda del Congreso. Pero aunque han habido signos positivos de que se va a aprobar la ley, no hay nada seguro todavía. Aún se libra una batalla cuesta arriba para ganar su aprobación en el Senado y en la opinión pública.

Así que ¿cuál sería la razón para no querer que se apruebe la DREAM Act? Hay una generación de jóvenes indocumentados que lo único que han pedido es la oportunidad de contribuir al país que aman. Una generación de personas que llegaron siendo niños a los Estados Unidos y que han crecido amando, protegiendo y llamando su casa a esta nación, pero lo más importante, han jurado lealtad al único país que identifican como el suyo, Estados Unidos.

Cada año, miles de niños inmigrantes que se gradúen de la secundaria y que han crecido en este país, se ven imposibilitados para perseguir sus sueños de ir a la universidad por no tener arreglada su situación migratoria. Entre ellos hay estudiantes de honor,  atletas destacados, artistas talentosos, futuros médicos y soldados de los Estados Unidos.

A pesar de que muchos han crecido aquí, asistido a escuelas locales y ha demostrado compromiso para aprender inglés, nuestro sistema de inmigración no ofrece una vía para que estos estudiantes obtengan la residencia legal. Más bien, se enfrentan con barreras para aspirar a una educación superior, no pueden trabajar legalmente y viven con el temor constante de ser detenidos y deportados.

Para quienes se oponen DREAM Act, deben saber que no es una amnistía. Nadie recibirá automáticamente una tarjeta verde. Para poder legalizar su estadía, los jóvenes tendrán que cumplir con estrictos criterios de elegibilidad: deben haber ingresado al país antes de los 16 años de edad, debe de haber residido aquí durante cinco años o más, no haber cometido delitos graves, haberse graduado de la escuela secundaria o su equivalente, y haber completado por lo menos dos años de universidad o el servicio militar.

Las leyes actuales requieren que los estudiantes elegibles deben primero obtener un estatus de no inmigrante antes de que puedan obtener una tarjeta verde –proceso que puede durar años–. Al final, no todos serán elegibles para legalizarse al no reunir algunos de los requisitos, tales como el límite de edad.

Cada año decenas de miles de estudiantes indocumentados se gradúan de las escuelas secundarias estadounidenses y se enfrentan con un futuro incierto, con pocas posibilidades de salir adelante. Invertir en la educación de los jóvenes que crecieron en nuestras comunidades y que consideran a este país como el suyo, parece ser que vale la pena.

Así que, ¿no sería mejor cobijar y apoyar a una generación de jóvenes que quieren sentirse orgullosos de ser americanos, en vez de rechazar todo lo que les ha enseñado, como el compromiso de trabajar duro y el deseo de ser miembros que contribuyen a nuestra sociedad? Si está de acuerdo con lo primero, llame y enviar mensajes por correo electrónico a todos los senadores para instarlos a votar «SI» al DREAM Act.

Para más información visite www.uscis.gov o llame al (818) 550-8300

Esta información es sólo referencial y no pretende sustituir la asistencia legal. Si necesita asistencia legal consulte a un abogado

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