Messi lleva a Argentina al tricampeonato

Argentina derrotó a Francia en los penaltis tras reducir a la nada al conjunto galo durante 80 minutos y hacerse de esta forma con el tricampeonato

Messi se hizo inmortal en la final más emocionante de la historia de los Mundiales. Llevó en hombros al equipo desde el pitido inicial, y supo, junto a un grupo de jugadores inolvidables, sobreponerse a los golpes inesperados del camino, al enésimo drama, estaba vez con una fuerza de la naturaleza en contra, el insaciable Mbappé. Argentina derrotó a Francia en los penaltis para obtener el tricampeonato y luego de reducir a la nada al conjunto galo durante 80 minutos, que despertó a tiempo para convertir el duelo final en Qatar en un partido de época (3-3).

Se le presuponía un hambre mayor que a Francia de inicio. Messi se jugaba hacerse con el gran trofeo que le faltaba, el Mundial que le había sido esquivo en cuatro ocasiones. Era la última bala en el cargador. Pero no que fuera mejor en lo táctico, en la posesión de balón, en la propuesta de ataque. Ahí se esperaba a una Francia que nunca compareció.

El ya venerado Scaloni machacó a Deschamps en lo táctico al dar entrada a un Angel Di María que volvió loca a la zaga francesa e anuló por completo el juego de la campeona del mundo. El que atacó fue Argentina. El que tuvo la bola fue Argentina. El que apabulló a su rival, con dos goles en el saco antes del descanso, fue Argentina.

Messi levanta la copa de campeón
Messi levanta la copa de campeón. Foto: Twitter FIFA.

El tricampeonato llegó para Argentina después de 36 años de espera

Messi buscó a su amado Fideo de forma constante y las ocasiones de la albiceleste se sucedieron. A los 22 minutos se encontró con el premio —merced a un penalti de Dembelé a Di María más que cuestionable— que transformó el de siempre. Y en el 35, los sudamericanos, excelsos a la hora de recuperar el balón, firmaron un contragolpe de lujo rematado con brillantez por Di María.

Debió de planear el miedo a la remontada que vivieron contra Holanda y antes casi contra Australia. Pero aguantaron bien hasta el minuto 80 frente a una Francia que daba pena. Seca, muerta, sin ambición.

Entonces surgió Mbappé para transformar un penalti en el 79 y anotar un golazo de bandera un minuto después tras una pérdida de Messi. A Argentina se le hizo de noche de nuevo, como contra Países Bajos.

Como entonces, supieron levantar la cabeza y recuperarse anímicamente. Messi anotó un tanto en la segunda parte de la prórroga que parecía definitivo, pero Mbappé transformó el penalti del empate a tres tras un error infantil de Montiel.

El defensa del Sevilla se rehizo de su error en una tanda de penaltis perfecta para los argentinos. Metió el cuarto y último que hacía el sueño posible. Messi tiene la copa que todo el mundo soñó que tendría alguna vez. Es justa y merecida. EC

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