Es importante elegir con cuidado en quién se puede alguien desahogar, porque no todos saben escuchar sin juzgar
Becky Krinsky – Life Coach, fundadora de Recetas Para la Vida
Cuando la vida se complica, contar con un par de oídos que pueden escuchar sin temor a ser juzgado o mal asesorado es un privilegio.
Hablar de cuestiones íntimas es más delicado de lo que parece, ya que un mal consejo puede tener consecuencias no deseadas y acarrear más problemas. Muchas personas pueden ser buenos amigos, colegas o familiares, sin embargo, no todos son buenos candidatos para escuchar o ayudar a resolver problemas.
¿A quién NO debes contarle intimidades?
• A las personas dramáticas y a las que les gusta sentirse víctimas. Porque en lugar de ayudar se van a preocupar más y su actitud les imposibilita entender la situación.
• A las personas que sienten lástima. A estas personas les gusta consolar creyendo así que te comprenden y te soban la espalda como si fueras un caso perdido, logrando con ello que te sientas peor.
• A las personas que te admiran. Cuando les cuentas tus problemas se van a decepcionar tanto de ti, que en lugar de ayudarte se van a enojar contigo y por lo tanto te van a criticar.
• A las personas que son competitivas y envidiosas. Estas personas solo buscan la oportunidad de comprobar con quien sea que ellos son mejor que tú.
Saber escuchar para poder ayudar
1. Encontrar y hablar con la persona indicada ayuda a que uno se puede desahogar, liberar la carga emocional y abrir las posibilidades para resolver la situación.
2. Cuando uno se siente entendido sin ser juzgado, puede expresarse sin miedo, fortalece el alma y mejora la calidad de las relaciones personales.
3. Entre mayor compasión se tenga, mayor comprensión se tendrá por los demás. Uno solo puede dar lo que conoce, lo que entiende y lo que sabe cómo se siente. Entre más refinados sean los sentimientos de uno, más acertados y sinceros serán los consejos que se podrán dar.
Con información de www.recetasparalavida.com. EC