Un convenio que une a las mujeres

Aprende cómo convertir lo negativo en positivo y hacer de una mala compañera de trabajo, tu mejor aliada

Becky Krinsky | 6 de noviembre de 2013

Nadie puede evitar el mal trago cuando te topas con aquella mujer que prometía ser tu amiga sincera en el trabajo, pero que en cuanto tuvo una oportunidad te traicionó.

Todo pudo haber empezado al surgir una oportunidad para que ambas se beneficiaran, por lo que decidiste presentarle a un contacto tuyo para realizar un proyecto. Y efectivamente, el convenio se realizó, pero tristemente te dejaron fuera y sin recibir siquiera un pequeño gesto de agradecimiento. Desde entonces desconfías de todas las mujeres del mundo.

No puedes seguir así. Qué tal si todas las mujeres, las amigas, las compañeras, las grandes empresarias y las pequeñas inversionistas pudieran leer por lo menos una vez a la semana un convenio que les pueda recordar lo importante que es ser íntegra, honesta y por supuesto, que no se olviden de las personas que necesitan su apoyo. Bueno, aquí lo tienen. Este convenio protege, inspira y nutre las relaciones entre todas las mujeres. Dice así:

1. Recuerda que eres mujer. Al ser leal a otras mujeres estás siendo doblemente leal a ti. Cuida a tus hermanas, amigas, hijas, sobrinas etc. Recuerda que la unión, hace la fuerza.

2. Sé honesta. Decir la verdad no requiere tener una licencia para herir, mentir, criticar o hablar mal.

3. Cuando actúas como un ser frío, convenenciero y sin corazón, recuerda que estás yendo en contra de tu propia esencia. Cuídate de no caer en el juego del poder, la manipulación y la insensibilidad; estos finalmente te pueden dejar sola.

4. No uses tu femineidad como una herramienta sensual. La vida íntima es privada y no se comparte ni se mezcla. No cambies nunca una cita de trabajo por una cita romántica. No juegues a la víctima o la seductora, ni provoques malos entendidos; estos son juegos peligrosos que pueden causar mucho daño.

5. Arriésgate a ayudar a otra mujer. Lo más probable es que termines salvándote a ti misma, pero si no puedes ayudarla porque tu posición en el trabajo no te lo permite, tampoco la lastimes ni le eches a perder la labor que ella realiza.

6. Nunca te olvides que la misma gente que te ayudó para que tú subieras, es la misma gente que te puede sostener para que no te caigas.

 

Información cortesía de recetasparalavida.com

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