El suicidio entre los hispanos es la tercera causa principal de muerte entre los jóvenes de 10 a 34 años, con índices alarmantes entre las edades de 12 y 17 años, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
De acuerdo con los expertos, entre los factores de tensión que enfrentan los muchachos están la pobreza, la discriminación y la violencia doméstica o comunitaria; pero además, en el caso de los inmigrantes recientes, los padres no suelen tener tiempo para apoyarlos en sus procesos de integración, lo que muchas veces los hace perder la esperanza y los lleva a niveles de depresión en los que pueden contemplar el suicidio como una salida.
En muchos casos la falta de una relación positiva entre padres e hijos incrementa la probabilidad de suicidio. Igualmente, la rigidez de los padres o la incapacidad de encontrar canales adecuados de comunicación pueden generar depresiones agudas en los jóvenes.
Cinco señales de alerta
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocerlas y diagnosticarlas a tiempo, tanto en niños como en adolescentes para desarrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuando hay sospechas de que existe un problema serio, un examen psiquiátrico es de gran ayuda. También siga las siguientes recomendaciones:
1. Hable con sus hijos diariamente y pregúntenles si hay algo que les preocupa o que les está molestando. Si sospecha algo, busque apoyo en la escuela y las organizaciones de su comunidad. Hay muchos consejeros que hablan español.
2. No deje pasar por alto señales de alerta como depresión, declaraciones o sentimientos de culpa, tensión o ansiedad, nerviosismo e Impulsividad.
3. Preocúpese si observa un cambio repentino en el comportamiento de su hijo, especialmente la calma luego de un período de ansiedad, o si se da cuenta de que empieza a tener comportamientos extraños como regalar sus pertenencias personales sin motivo aparente, o lanzar amenazas.
4. Nunca ignore las advertencias de suicidio, un gran porcentaje de suicidas dieron señales de alerta que fueron ignoradas por sus seres queridos.
5. Enfrente el problema, no tema hablar del tema con sus hijos, preste atención a sus comportamiento cotidiano y no permita que se rompan los lazos afectivos y de comunicación dentro de su familia.
El suicidio es una amenaza real, actúe antes de que sea demasiado tarde.
Información cortesía de La Columna Vertebral de La Red Hispana
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