«Esta no será la clásica secuela estúpida»

Pablo Scarpellini. Los Angeles | 9 de diciembre de 2011
 

Robert Downey Jr. se sabe una estrella y actúa como tal en todo momento. Nada más entrar en una abarrotada sala de prensa del hotel Four Seasons de Beverly Hills, asume el protagonismo pese a estar rodeado de un parte importante del equipo de «Sherlock Holmes 2: A Game of Shadows», el próximo gran estreno en Estados Unidos.
 

Casi todas las preguntas van dirigidas hacia él. «Ya teníamos claro que iba a ser así. Siguiente pregunta para mi por favor», dice entre las risas de la concurrencia, antes de afrontar un tema más serio, el de su segunda encarnación del detective engendrado por Sir Arthur Conan Doyle.
 

«Después de que funcionara muy bien la primera parte, nos sentamos a estudiar lo que hicimos bien y lo que hicimos mal», explica Downey Jr. «Queríamos explorar y mejorar, además de aprovechar la oportunidad de que nos dio la Warner Brothers de hacer algo complicado».
 

Sí aclara que lo que han alcanzado, «pese a tener un enorme disgusto por no ser la película de la temporada para los críticos», dice con sarcasmo, es un producto que se aleja de «la clásica secuela estúpida a lo que están acostumbrados los espectadores, donde la historia es mucho más agrandada y no tiene nada que ver con la anterior. Esta es muy concisa y sujeta al libro, incluso más que la primera. Hemos querido respetar al máximo el texto de Conan Doyle».
 

Downey Jr., muy dado a la improvisación, al menos en sus intervenciones ante la prensa, aclara que trataron de ceñirse también al guión, pese a la mucha complicidad con el hombre que vuelve a meterse en la piel de Watson, el sagaz asistente de Holmes, Jude Law. «Le hubiera encantado estar aquí, pero su hijo tenía un partido de fútbol«, apunta, despertando de nuevo las risas del personal.
 

El actor neoyorquino de 45 años cree que ese trío, el formado por Law, Downey Jr. y Guy Ritchie, el director británico, ha vuelto a dar en el blanco con un cinta intrigante y lleno de emoción, además de las muchas escenas de acción que salpican los 129 minutos de duración del largometraje
 

«Es un equipo, un espectáculo entre tres hombres», dice Downey. «A veces se da la situación en la que un estudio confía lo suficiente en un grupo de personas como para imaginar que no se van a arrepentir de haberles dado un buen puñado de dinero. Y nos lo hemos tomado muy en serio».
 

Y ahora, el argumento. Sherlock Holmes ha sido siempre el hombre más astuto de todos… hasta ahora. Hay un nuevo criminal al acecho, el profesor James Moriarty ( interpretado por Jared Harris), quien no solo es la competencia intelectual de Holmes, sino que su habilidad para hacer el mal, acompañada de una absoluta falta de conciencia, pueden darle ventaja sobre el detective.
 

Los titulares de los diarios de todo el mundo anuncian que un escándalo acaba con un magnate hindú del algodón, un mercader chino de opio muere de aparente sobredosis, Estrasburgo y Viena son bombardeadas, muere un poderoso petrolero norteamericano… Nadie nota el vínculo entre esta serie de eventos aparentemente aleatorios. Nadie, claro, salvo el genial Sherlock Holmes, quien ha descubierto una red de muerte y destrucción deliberada. Y en el centro de esta red se encuentra una araña singular y siniestra: Moriarty.

 

La investigación de Holmes sobre el plan de Moriarty se vuelve todavía más peligrosa cuando los arrastra a él y a Watson fuera de Londres hacia Francia, Alemania y finalmente Suiza. Sin embargo, el astuto Moriarty está siempre un paso adelante, y peligrosamente cerca de concretar su plan. Si éste tiene éxito, no solo le brindará fortuna y poder inmensos, sino que puede alterar el curso de la historia. EC

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