Arthur Christmas, un espíritu navideño diferente

Luca Verne. Los Angeles | 18 de noviembre
 

Cada Navidad hay peleas por colar el título más apetecible para la familia de cara a las fiestas, con los ingredientes habituales que atraigan en taquilla. Suelen ser cuentos con comediantes pasados de vueltas que reviven sus tiempos de gloria con un guión cargado de euforia y espíritu navideño. Y luego están las cintas con algo más que decir como “Arthur Christmas”, un original argumento sobre una de las preguntas eternas y siempre difíciles de contestar. “¿Cómo hace el bueno de Santa Claus para repartir tantos regalos a millones de niños en una sola noche?”
 

Esta película de animación británica, un trabajo conjunto entre Sony Pictures y Aardman Animations, da en el clavo con una respuesta original y cargada de imaginación, además de mucha tecnología en tres dimensiones. Se estrena este miércoles 23 de noviembre a nivel nacional.
 

Pero en el centro del film hay una historia con los ingredientes de un clásico cuento de Navidad: una familia en estado de cómica disfuncionalidad y un héroe poco probable, el hijo menor de Santa, Arthur. Cuando a esta increíble operación se le olvida un niño de entre cientos de millones, Arthur, el menos hábil de los Claus, se embarca en una misión rebelde, hilarante y emocionante contra el reloj junto a su abuelo políticamente incorrecto, Grandsanta, y un duende obsesionado con envolver regalos llamado Briony para entregar el último regalo antes de que llegue la mañana de Navidad.
 

En la cima de la organización está el hombre en persona, Santa Claus, pero últimamente, es más bien una figura decorativa que enfrenta la idea de jubilarse. “Arthur Christmas” tiene un segundo secreto increíble para revelar: Los Claus son una dinastía, ¡una larga línea de Santa Claus que se remonta a más de mil años atrás! El que lleva adelante el negocio es el hijo varón primogénito de Santa, Steve: un líder nato, el próximo en la línea al que le tocará usar el traje rojo. El propio padre de Santa, Grandsanta, usaba ese traje, y le dirá entre gruñidos a cualquiera que a él le quedaba mejor, pero hace rato que lo jubilaron, junto con su adorable trineo viejo, “Eve”. Mrs. Claus, la muy eficiente primera dama del Polo Norte, mantiene el fuego encendido del hogar, cuando no abre hospitales para duendes, negocia tratados con Groenlandia, completa carreras por Internet y revuelve la salsa para Navidad.
 

Y después está Arthur, el hijo menor de Santa Claus.  “Arthur cree en la Navidad, y no solo porque haya nacido dentro del negocio familiar”, dice James McAvoy, que hace la voz de Arthur. “Lo cree en su alma, no hay nadie más en el mundo a quien le importe tanto la Navidad como a Arthur”.
 

Sin embargo, el amor por la festividad solo es una parte. Arthur, que no es precisamente el Claus más práctico de la historia, ha tenido dificultades en casi todos los trabajos en que su padre lo puso, hasta en trabajos simples, desde envolver regalos hasta hacer el mantenimiento. Sin embargo, cuando la historia comienza, finalmente ocupa un puesto que adora: el Departamento de las Cartas a Santa Claus, donde disfruta con la esperanza de innumerables niños, que no solo piden regalos sino que también envían regalos y dibujos y hacen preguntas acerca de cómo se hace todo.
 

Pese a la temática navideña, es una cinta abierta a todos los públicos que a buen seguro dará sus frutos en taquilla. EC

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