El momento álgido de Natalie Portman

Hay épocas en la vida que no se olvidan fácilmente, donde todo discurre en la dirección adecuada y dan ganas de dar gracias al cielo o a la fuerza superior que se tercie. Para Natalie Portman, ésta es una de esas etapas, situada en todas las quinielas de favoritas para los Globos de Oro y para entrar en los Oscar como mejor actriz por su papel en Black Swan, a punto de estrenar otras dos películas y embarazada de un genio de la danza, Benjamin Millepied, al que conoció —como no— durante uno de sus rodajes.
Parece un cuento de hadas, una historia de color de rosa de las que cautivan a Hollywood, un tramo de vida que Portman, de 29 años, describe como un «honor» por el hecho de poder sentarse a la mesa «con mujeres de distintas generaciones». «Lo mejor de los premios que puedan venir es poder compartir y pasar tiempo con actrices a las que admiro», dice la actriz.

Pero es posible que la modestia no le sirva mucho en estos días de protagonismo. Acapara atención, incluso cuando comparte mesa con Ashton Kutcher y Ivan Reitman, coprotagonista y director de la nueva comedia que estrenará el próximo 2 de febrero, «No Strings Attached».

En la rueda de prensa de hace unos días para promocionar la cinta, la mayoría de las miradas estaban puestas en su trabajo, en la transición de una película densa como «Black Swan» a su primera cinta romántica, en la que interpreta a una joven enfermera que mantiene una relación estrictamente sexual con un amigo de juventud, con la única condición de que no se interpongan sentimientos u obligaciones formales entre ambos.

«Fue un salto interesante de un set disciplinado, enfocado y peculiar a una escena mucho más juguetona y divertida, aunque manteniendo siempre el tono profesional», asegura la actriz israelí. «Fue una atmósfera increíble y no me tuve que poner en forma. Realmente pensé que las enfermeras no tiene tiempo para eso», comentó entre risas.

Ejerció, además, como productora ejecutiva, por lo que tuvo que empezar a trabajar dos años antes en el proyecto con Ivan Reitman. «Fue interesante ver cómo cambió y evolucionó el guión a lo largo del camino», indicó.

Fue consciente durante el proceso que tendría que lidiar con escenas de cama —y unas cuantas—, aunque con una dinámica rápida y desenfadada. Reitman logra, con mucho oficio, que se entienda el mensaje y la intensidad sexual entre los personajes, sin necesidad de mostrar desnudos integrales durante la cinta.

Para Portman, una actriz con poca experiencia en esa clase de escenas, fue un alivio que llegaran en los últimos días del rodaje, cuando ya había adquirido cierta confianza con Ashton Kutcher. «Creo que siempre estás pensando cuando van a gritar la palabra ‘corten'», dijo Kutcher. «Esas escenas implican un proceso técnico. Siempre es más complicado de lo que es en la vida real».

«Parte de lo que la película trata de explicar es que hay demasiado sexo desvinculado de emociones, y es bueno que al final los personajes acaben junto», añadió Portman, quien además de «No Strings Attached» y de «Black Swan», estrenará en abril otra comedia fantástica, “Your Highness», que empezó a rodar en Irlanda del Norte en verano del 2009.

Después de toda esa actividad, en la que espera que la gente no se canse de ver su cara en la pantalla, se tomará un tiempo para dedicarle a su familia. «Mi próximo proyecto será cocinar un bebé», comentó entre risas.

Pero primero deberá recoger los frutos de lo trabajado, ver cuántos premios le caen por sus brillantes interpretaciones. Merece, visto lo visto, estar entre las más grandes.

Artículos que podrían interesarte

Suscríbete a nuestra newsletter

NO TE PIERDAS NINGUNA NOTICIAS

Compartir este artículo

¡Obtén tu dosis semanal de noticias!

Suscríbete a nuestra newsletter y recibe actualizaciones semanales del Mundial de Fútbol, así como de otros temas populares