La cinta del director Christopher Zalla busca la incomodidad del espectador de varias maneras, con giros constantes en cuanto a género, estilo y personajes; y sin embargo a pesar de que no existe sensación de alivio al final de la cinta —después de que sus protagonistas han vivido travesías físicas y emocionales- hay una sensación de revelación en la opera prima de Zalla. Decidido a redefinir el “noir” moderno tanto estéticamente como narrativamente, Zalla nos muestra excelentes actuaciones de Eugenio Derbez, Armando Hernández, Jorge Adrián Espíndola, Paola Mendoza y sobre todo de Jesús Ochoa (hoy por hoy, uno de los mejores actores mexicanos). “Sangre de mi sangre” es una cinta acerca de identidad, familia e inmigración, pero que desafía las categorizaciones fáciles.