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Infórmese bien antes de declararse en bancarrota
Cuando las deudas lo agobian y siente que ya no puede más, puede ser el momento para pensar en la declaración de bancarrota, un proceso que, aunque doloroso, le podría ayudar a quitarse de encima esa pesada losa que no lo deja ni dormir.
Pero declararse en quiebra debe ser como la cirugía: un último recurso, al que se recurre sólo cuando otras opciones han sido descartadas o no han funcionado, ya que a pesar de que podría deshacerse de sus deudas, también es cierto que las consecuencias podrían perjudicarlo de forma negativa. Tenga en cuenta que la bancarrota puede ser reportada en su reporte de crédito hasta por 10 años, lo que podría afectar su capacidad de recibir crédito en el futuro.
¿Es conveniente declararse en bancarrota?
Si está considerando declararse en bancarrota es recomendable que primero se informe bien sobre qué es la bancarrota y cuáles son las consecuencias.
Estudie las alternativas
Según recomienda el Better Business Bureau:
1. Cuando advierta que no puede cumplir con sus compromisos porque ha adquirido más deudas de las que puede pagar, comuníquese con sus acreedores y explíqueles la situación. Ellos pudieran modificar su plan de pagos.
2. Póngase en contacto con una organización sin fines de lucro que preste servicio de consulta y trabaje sus acreedores para desarrollar un plan de pagos. El servicio es confidencial.
3. Una segunda hipoteca o línea de crédito es otra posibilidad, pero piénselo cuidadosamente antes de tomar cualquier decisión. Este tipo de préstamos le permite consolidar sus deudas, pero deberá ceder su casa como garantía.
4. Si tiene problemas con el pago de su hipoteca, comuníquese con su prestamista y explíquele las circunstancias. Pudiera acordar pagos parciales o que su contrato de préstamo sea reescrito.
5. Puede pedir prestado de su fondo de retiro. La deuda deberá ser pagada en los próximo cinco años a la fecha del préstamo y puede hacerlo mediante deducciones de su cheque de pago.
6. Otra alternativa es solicitar un préstamo de su seguro de vida. En caso de que no pague lo que pidió prestado, al morir su deuda será deducida del monto que le correspondía a sus beneficiarios.