La terapia musical, un reto de la medicina moderna

     Los alcances de la música como terapia han trascendido fronteras porque se ha comprobado que el sonido tiene un efecto directo sobre la materia física. Una pieza musical no sólo puede traer a la mente humana un hermoso recuerdo, sino que a veces anima a cantar, a bailar o simplemente tranquiliza, calma y hasta adormece. La música sensibiliza hasta a la persona más inflexible pues los sonidos vibrantes forman patrones y crean campos de energía de resonancia y movimiento en el espacio circundante, los que son absorbidos por el organismo de la persona, alterando su respiración, tensión, pulso y otros patrones rítmicos internos.