Carlos Vaquerano

Compromiso Social

Por ello comenzó a involucrarse en servicios comunitarios. Todos los días después del trabajo participaba en diferentes actividades sociales.

Un año después, Carlos se enteró de que otro hermano había sido asesinado en la guerra. Entonces pensó que era necesario hacer algo para terminar con el sufrimiento que sufría el país, por lo que se centró completamente en esta labor, “si otros han sacrificado sus vidas, yo sacrificaré mi tiempo,” pensó Carlos.

En 1984 se mudó a San Diego y comenzó a trabajar en el Movimiento de Santuarios donde se enfocaban en buscar todo tipo de iglesias para dar asilo a refugiados de Guatemala y El Salvador. También hacían conferencias en escuelas y organizaciones pidiendo alto a la guerra.

Tres años después comenzó a trabajar en la organización Comité de Refugiados Centroamericanos. Viajó a Washington, DC donde trató de involucrar a políticos y al congreso para conseguir el cese de la guerra en su país. En 1990 Carlos comenzó a trabajar en CARECEN en el área de Relaciones Públicas y Servicios Humanos, donde hablaba con la comunidad y prensa acerca de los problemas que surgían en El Salvador.

Fue en 1995 cuando decidió formar la organización sin fines de lucro Salvadorean American Leadership and Educational Fund (SALEF). El objetivo de esta organización sería enfocarse en la educación y formar nuevos líderes latinos que se involucren en la política. Así surgió el programa de liderazgo de SALEF que también ayuda a nuevos residentes a ser ciudadanos y votar.

En este momento SALEF ofrece programas educativos, conferencias a nivel cívico, político e institucional. Hasta ahora SALEF ha ofrecido más de $400 mil en becas para estudiantes sin importar el origen de nacionalidad o estatus migratorio. Esta organización es muy respetada y reconocida por el Estado y muchos líderes políticos.

Carlos dice que lo principal para hacer la diferencia es la pasión en lo que uno hace y la convicción en creer en algo. “Si uno quiere ser alguien más que un ciudadano regular, tiene que trabajar duro y sacrificarse.”

En la actualidad Carlos está casado, tiene un hijo de 2 años y orgullosamente dice que su esposa también es salvadoreña.

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