Chivas decidió ponerle fin a su tormentosa relación con el polémico jugador y dejarlo libre para que busque acomodo en la MLS
Se acabó el infierno para el ángel caído y para el equipo de las Chivas. Los dos estaban viviendo una relación tormentosa en la que ninguno ganaba nada. Bueno, Ángel Reyna seguía cobrando su chequesote de más de 1.5 millones de pesos mensuales, pero no veía acción en el primer equipo desde que el “Chepo” de la Torre lo desterró hace siete meses. Sus acciones y antecedentes lo condenaron tanto, que ni el propio Almeyda le otorgó el beneficio de la duda y lo siguió manteniendo en el limbo señalado, acusado, apestado.
Chivas ya no quiso saber nada del polémico jugador. Jorge Vergara no le sacará nada a su inversión millonaria, pero se conforma con no tener que pagarle los tres meses que todavía le quedaban a su contrato. Todo se adelantó para ver si el nacido en la cantera americanista puede firmar con un equipo de la MLS, liga que acaba de comenzar su temporada.
Sería un nuevo comienzo para el volante que alguna vez ilusionó al fútbol mexicano. Otra oportunidad para redimirse consigo mismo y con el fútbol. A ver si con las experiencias pasadas y con la madurez de sus 31 años puede dejar atrás su rebeldía y sus oscuros capítulos de indisciplina y pleitos con compañeros y patrones.
Marzo es un mes decisivo para Ángel Reyna. Será la última oportunidad que tenga para firmar con un equipo de la MLS y alejarse de un ambiente turbio donde nadie lo quiere. Le vendría bien este cambio de aires, llegar a un plantel donde no haya vacas sagradas a las que tenga que rendirles pleitesía, a un grupo solidario sin privilegios para nadie, a uno donde él mismo se baje de su pedestal y sea importante pero solo en la cancha.
Pero aun así debemos esperar un tiempo para ver si el cambio surtió efecto, si lo de “el pleititos” pasó a mejor vida, si a este ángel le nacieron nuevas alas y si se hablará más de su talento que de su comportamiento. ¿A dónde irá? ¿A Chicago, Houston, Nueva York? Quién sabe. Lo que sí es seguro es que él será el único constructor o destructor de su destino. EC
