América y Tigres se disputan un boleto al Mundial de Clubes y el título de campeón de la Concacaf
Son dos de los planteles más ricos del fútbol mexicano, pero cómo sufrieron para llegar a la final de la Concachampions. América y Tigres se preparan para su primer agarrón en el Volcán el miércoles 20 de abril, para cerrar el pomo siete días más tarde en el Azteca. A ver cuál amarillo pinta mejor.
Tigres tiene la ilusión de ganar el boleto al Mundial de Clubes de diciembre. Sería su primera vez. Pero tiene que sacar las garras, como que las tiene un poco romas. Fiel a su costumbre, parece jugar con el freno de mano puesto por el Tuca Ferreti. Si no fuera por la contundencia de Gignac, los felinos del norte se hubieran quedado con las ganas de pelear por el título del mejor de la zona.
La gente de Tigres sabe que tienen equipo para más, para repetir el campeonato de liga y para hacer ruido en Japón pasando por encima de las Águilas, y de paso desquitarse de la final que perdieron con los capitalinos hace año y medio.
Se dice fácil, pero falta ver qué dicen los de Coapa. Ambriz y sus guerreros tienen sed de venganza, no contra los felinos, sino por redimirse en el Mundial de Clubes, del que salieron con el pico y las alas rotas el año pasado al quedar en un desastroso quinto lugar.
En la liga, América va de menos a más. Su aparato ofensivo ha vuelto a ser demoledor y ya se treparon al segundo lugar en la tabla. Darwin Quintero está viviendo su segundo aire. Oribe Peralta aparece en los momentos decisivos. Arroyo es un peligro constante. Oswaldito es un motor de ocho cilindros. Rubens Sambueza es el de los hilos y los tiempos. Si estos andan bien, cuidado.
Queremos ver espectáculo. Y por favor no nos manden al circo para eso. Los dos tienen el talento y las armas para agradar a una tribuna que no los dejará solos, que se hará sentir con sus gritos, con su empuje, con sus cantos. Le toca a los jugadores desquitar el dineral que ganan, echándole ganas y dejando la piel y las plumas en la cancha. EC
