Una España incapaz se estrella contra Marruecos

Marruecos fue mejor en una esperpéntica tanda de penaltis en la que los de Luis Enrique fallaron sus tres intentos

España terminó sumida en la nada más absoluta y se dejó los sueños mundialistas frente a un rival menor que tampoco hizo mérito alguno para llegar a cuartos de final. Marruecos fue mejor en una esperpéntica tanda de penaltis en la que los de Luis Enrique fallaron sus tres intentos. Y poco más. El resto fueron 120 minutos de defensa a ultranza del 0-0 para obtener el mayor premio de su historia futbolística. Adiós a Qatar sin que aún haya una explicación lógica para justificar semejante fracaso.

Ni Marruecos fue el rival aguerrido y valiente que se esperaba tras una meritoria primera fase, ni España dio señal alguna de ser el equipo vistoso que goleó a Costa Rica el primer día. Los africanos cedieron el balón a su rival y España se ahogó en un mar de pases horizontales que rara vez terminaron frente a Bono, el portero marroquí. Ni los dos volantes fijos, Pedri y Gavi, ni los laterales elegidos para la ocasión, Alba y Marcos Llorente, ayudaron a desatascar un ataque que nunca se encontró.

Dani Olmo no estuvo fino, Ferrán Torres confirmó que no da más de sí y Marcos Asensio apenas alcanzó a encontrar hueco entre los centrales africanos. Dio más sensación de peligro Marruecos a la contra en la primera parte que el conjunto español, incapaz de generar apenas peligro. Recordó la selección a la segunda parte de Japón, impotente a la hora de superar a la defensa rival.

Unai Simón ataja un remate del delantero marroquí
Unai Simón tuvo poco trabajo durante el tiempo regular. Foto: Facebook Selección de España.

 

Lejos de inquietar al favorito, Marruecos optó por echarse atrás y defender el resultado hasta el final en la segunda parte. La tendencia fue similar, soporífera, sin velocidad ni ideas ahí arriba. Luis Enrique movió fichas y solo Nico Williams pareció querer despertar, tratando de encontrar a Alvaro Morata. Tampoco Ansu Fati pareció haber recuperado la confianza previa a sus lesiones. Se va del Mundial sin dejar un solo destello de su calidad.

A los penaltis llegaron derrotados, sin convicción, pese a que Luis Enrique dijo que les había hecho practicar hasta el cansancio. Tiraron sin ganas Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergio Busquets. La primera fue al palo. Las otras dos las agarró el portero, que no tuvo difícil leer los telegramas españoles.

España tiene una plantilla joven pero sin grandes referencias ofensivas ni en el centro del campo para pensar en volver a ganar un Mundial. Tras tocar el cielo en Sudáfrica hace 12 años, se vuelve a antojar como una gesta monumental. EC

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