Recurra a la ley a la hora de rentar una casa

 

 

Es común que la mayoría de los problemas entre arrendadores e inquilinos surjan porque ambas partes desconocen sus derechos y obligaciones. Si usted está en alguna de estas partes es mejor que no se fíe de la buena voluntad y ponga la ley de por medio.

El principal propósito de rentar un inmueble es obtener ingresos adicionales, pero sin poner en riesgo la propiedad y mantenerla en buen estado, por eso es fundamental ser cuidadosos en la selección de los inquilinos, asegurándonos que se trata de personas con un buen historial crediticio y con capacidad de pago.

Generalmente la renta de un inmueble se realiza por un año y al término se renueva, previa negociación del nuevo monto de la renta y las condiciones, muchas veces con el coste de la inflación anual como referencia para el incremento. Hay diferentes formas de garantizar el pago: una fianza o unos meses de adelanto a modo de depósito.

Hay empresas que garantizan el pago de la renta y ofrecen servicio jurídico en caso de que surja algún problema con los inquilinos. Es válido contratar estos servicios o incluso hay agencias inmobiliarias que los otorgan a través de alguna afianzadora o aseguradora, esto para evitar lo más posible tener que acudir a los tribunales cuando el problema se agrava.

En cuanto a capacidad de pago, hoy resulta indispensable que se haga una investigación acerca de la misma en el futuro arrendatario. El aumento en la morosidad es un factor que el mercado inmobiliario debe afrontar. Las inmobiliarias se encargan de este trámite.

Cubrir a tiempo la renta y conservar en buenas condiciones el inmueble arrendado son las principales responsabilidades de cualquier inquilino. Desafortunadamente esto no siempre ocurre y quien paga los platos rotos es el dueño de la propiedad.

Es común que los propietarios de un inmueble se dejen llevar por conveniencias financieras y después de un contrato rápido renten el inmueble al primer aspirante. Las consecuencias de estas operaciones exprés pueden ser desastrosas; en el peor de los casos el nuevo inquilino paga sólo el primer mes de renta y el depósito y nunca más vuelve a pagar nada hasta que es expulsado, previo juicio a costa del arrendador o casero.

La ley establece que existe un proceso de arrendamiento cuando ambos contratantes se obligan de manera recíproca a cumplir sus responsabilidades. No se trata de desconfiar de todos los interesados, sino de tomar las precauciones necesarias para evitar futuras sorpresas desagradables.

Entrevista previa
Es importante realizar una entrevista con los probables inquilinos, con la finalidad de conocerlos, analizando aspectos familiares, sociales y laborales que nos permitan formarnos un juicio más claro.

Si renta inmuebles de manera regular es necesario tener preparado un cuestionario que llene el solicitante y que sirva de guía durante la entrevista, que contendrá preguntas como lugar de trabajo, ingreso mensual, número de personas que habitarán el inmueble, dónde vive actualmente y motivo del cambio, etcétera.

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