El equipo de Golden State luce imparable en su camino al título, pero enfrente estará Cleveland… otra vez
Los Warriors de Golden State se han convertido en una máquina de jugar baloncesto. Han sido dominantes en los últimos tres años haciendo olvidar un poco los años dorados de los Lakers. Lejos del glamour de la ciudad de Los Ángeles, el equipo afincado en Oakland se ha puesto casi a la par de los grandes de todos los tiempos para imponer su propia dinastía, como la tuvieron alguna vez los propios Laguneros, los Toros de Chicago y hasta las Espuelas de San Antonio.
Pero, a diferencia de los títulos que adornan la historia de las más exitosas franquicias, la de los Warriors está escasa en títulos con apenas cuatro en sus vitrinas. Lo bueno es que están en la antesala de lograr la quinta corona. El próximo jueves 1 de junio comienza la faena para completar una temporada de ensueño en la que llegaron como invictos en su ronda de semifinales con una gloriosa marca de 12-0. Así de dominantes fueron.
El equipo azul y oro reforzó su potente escuadra el verano pasado con la llegada del astro del Oklahoma Thunder, Kevin Durant. El espigado alero tiene además la espina de poder ganar su primer anillo de campeón, por eso no dejará pasar esta oportunidad. Con él en la duela, el resto del equipo brilló todavía más. Stephen Curry, el baluarte del equipo, mantuvo una actuación superlativa en toda la temporada. En conclusión, los Warriors son como los Tigres del fútbol mexicano, un cuadro sólido defensivamente pero que cuando necesita puntos tiene todo el arsenal necesario para aplastar a sus rivales.
Igual que en las dos finales pasadas, los Warriors medirán fuerzas con los Cavaliers y su súper estrella LeBron James. En esos dos encuentros, los de California llegaron como favoritos ganando el primero, pero dejándose sorprender en el segundo. Esta vez es el desempate, es a dos de tres sin límite de tiempo… y nuevamente Golden State va adelante en las apuestas. Pero con Cleveland enfrente, quién sabe si será tan fácil. EC
