Forjando el camino a la universidad

Educación secundaria: la prueba de fuego

• Será necesario que en el primer año de high school (9º grado) el estudiante se reúna con los consejeros y profesores para analizar qué clases y asignaturas tomará para poder graduarse de la secundaria y poder aplicar a una universidad. Muchos alumnos se encuentran en su graduación con la desagradable sorpresa de que no cumplen con los requisitos para poder ser admitidos en un centro universitario o college.

• Otro punto a tener en cuenta es que cada vez más los centros de educación superior y entidades que ofrecen becas de estudio analizan el compromiso del estudiante con la sociedad. Es por ello aconsejable que durante los cuatro años de high school el alumno participe en actividades de apoyo a la comunidad como: ofrecer ayuda académica a otros alumnos con bajo rendimiento; participar en eventos con un objetivo caritativo (recoger fondos para los necesitados, la tercera edad, enfermos, etc.); o utilizar parte de su tiempo libre ayudando a la maestra de pre-escolar de la escuela local.

• Muchas familias latinas no motivan a sus hijos a que asistan a la universidad pues piensan que el desembolso económico no merece la pena. Sin embargo, hay que recordar a estos padres que se trata de una inversión. Es mucho más probable que el joven que acuda a la universidad tenga en el futuro unos ingresos superiores al joven que apenas terminó high school (por no mencionar que los individuos con carreras superiores tienden a tener una mejor calidad de vida que aquellos que no asistieron a la universidad). Además, los estudiantes deben buscar becas durante la secundaria que puedan subvencionar los gastos futuros (en algunos casos las ayudas económicas cubren del 80% al 100% de los desembolsos que puedan tener).

Visitas a los campus universitarios

Los alumnos de secundaria se motivan cuando visitan las universidades. Es una experiencia enriquecedora. In situ podrán analizar las carreras en las que esa universidad destaca, los requisitos, las condiciones del campus (¿tiene instalaciones deportivas? ¿cuenta con dormitorios suficientes?), las ayudas que ofrece según el récord del estudiante (buenas notas, minoría étnica, etc.) y, por qué no, el ambiente que se respira en el campus.

Algunos estudiantes de high school aprovechan los meses de verano para entrar a formar parte de algún programa que le permita pasar ciertas semanas en una universidad. Así, gracias al Precollegiate Academy of Berkeley, muchos estudiantes latinos de Los Angeles que pertenecen a familias de bajos ingresos (pero con un brillante récord académico) han podido pasar veranos en la prestigiosa universidad de Berkeley tomando parte en actividades académicas y comunitarias muy interesantes.

Asistir a la universidad no sólo es posible, es una meta a inculcar a cada joven para que complete tanto su educación como su formación personal.

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